| ¡Yo también busco a alguien!
lunes, diciembre 04, 2006

Conocí a Ruth de una forma muy particular, ella estaba sentada en una mecedora de mimbre, saludando a todo el que pasaba frente de la puerta de su casa; yo me encontraba perdido, buscando la dirección de un viejo amigo que no encontré, en un barrio que parecía el laberinto de mi propia vida.

En ese estado de confusión en el que me encontraba no tenía mas opción que preguntar, y allí estaba ella en ese justo instante, una mujer cuyo rostro reflejaba los rigores de la vejez, aunque su mirada era la más sencilla y cálida que he visto hasta ahora.

Le pregunté de lejos si conocía la dirección que tenía en mi mano, pero ella no me respondió. Intenté acercarme un poco más y hablarle mas fuerte, pero me encontré aquella respuesta casi silenciosa: -¡Siéntate mijito!-, indicándome la silla que tenía a su lado.

Supe entonces que Ruth tenía un problema auditivo serio –luego me enteré que no era así- y que me quedaría allí un rato más, estaba sola y quería que le hablara en el oido.

Pude ver que en esos momentos de la vida la soledad aflora con ímpetu, y con ella la profunda necesidad de saber que aun hay esperanza, sabiendo que alguien aun puede escuchar.

Encontré que ambos compartíamos cosas en común, la búsqueda de alguien; compartiamos tambien el deseo de no dejarnos vencer por la desesperación; mientras yo buscaba a quien que me ayudara, ella sigilosamente buscaba oportunidades para sentir que aun podía ser escuchada.

Comentarios:

Hoy he constatado que hermoso es vivir una vida donde la familia es parte importante en nuestro que hacer diario.
Si ello no fuese asi, de nada serviria ella.
Le doy Gracias a Dios por tener una Esposa muy querida y amorosa, unos hijos que entienden que el amor es lo mas importante y unos nietos que crecen con la esperanza de construir y seguir los pasos en el tiempo en lo que respecta a nuestra historia.
Te digo Hijo, que eres parte de mi ser y que llevas en tu corazon el sello de mi vida
Gracias por ofrecernos este espacio donde podamos testimoniar al mundo que vivimos llenos del amor de Dios.

Publicado por Vaso dispuesto a las 10:42 a. m.,